lunes, 27 de febrero de 2012

DEVASTACIÓN DE LA INFRAESTRUCTURA CULTURAL EN DURANGO



Fernando Andrade Cancino

Cada día me convenzo más de que el actual gobierno del estado de Durango ha sido uno de los peores que hemos tenido en los últimos 65 años, y ni cómo ayudarle: no escucha, no ve, y tampoco le habla a sus gobernados.
Nunca ha dicho más que frases de cajón, sin fondo, algo así como slogans de campaña, que se podrán oír bien pero están huecos de contenido. Nunca dice cómo va a abatir la pobreza o a crear más empleos, o cómo acabará con la corrupción, el compadrazgo y el enriquecimiento ilícito entre las élites de la política local (más allá de pedir y pedir recursos federales para todo….o traer inversiones extranjeras de la rama de autopartes, aprovechando el método y la sinergia que dejaron bien establecidas Silerio y Guerrero Mier, aunque siempre exagerando las cifras de empleos de esas inversiones).
No ve los malestares del pueblo que día a día crecen y crecen, por los secuestros, las extorsiones, los asesinatos, los asaltos y robos, las fosas, los policías coludidos con los carteles de la droga, la falta de promoción y de infraestructura cultural, de educación de calidad, etcétera. El jueves 9 de febrero de éste año fue asesinado en el municipio de Cuencamé –junto con su hijo-, el Comandante de la DEI  Juan Luévanos, crimen al que los medios le dedicaron 5 renglones, y no hubo ni condolencias ni esquelas en los periódicos, ni un ramo de flores. Juan fue buen amigo desde principios de los años 70`s, y llegó a trabajar como actor en películas de Súper 8, con Edgar Mijares (La Muñeca Fea), y en cine de 35 mm con Juan Antonio de la Riva (Pueblo de Madera y El Gavilán de la Sierra); perteneció a una numerosa, apreciada y conocida familia, pero parece que el gobierno actual ni escuchó, ni vio, ni  habló del caso, como lo ha hecho frente en muchos otros crímenes.
No escucha (y menos lee) los gritos de los inconformes, artistas y escritores que son más día con día, sus críticas y argumentos, contra funcionarios del actual gobierno (la Directora General del ICED) ahora con demanda de Juicio Político.
No ve como ha (y en gran parte el anterior gobierno) devastado la infraestructura cultural de la ciudad de Durango: El Instituto de Cultura del Estado de Durango perdió la Ex Hacienda de Ferrería de Flores, donde se ubicaba el Museo de Arte Moderno “Guillermo Ceniceros” (que ahora renta una costosa casa), y luego mal “restaurado” -con la anuencia del INAH que actúa a conveniencia personal de su director-, pues perdió su pozo, su fuente, sus tapancos, etc. y quedó su patio central convertido en otro salón de eventos como el de cualquier hotel de 4 estrellas, además de que pareciera que Irma Serrano “La Tigresa” decoró sus habitaciones.  Perdió el ICED sus oficinas centrales en el Ex-Internado Juana Villalobos, para hacer de este inmueble un Centro de ¿Cultura? y Convenciones, y bodas y quince años, etc., compitiendo así con la iniciativa privada que cuenta con espacios para este tipo de eventos. Ahora el ICED paga una onerosa renta por el inmueble donde se encuentran sus oficinas actualmente, que se dice pertenece a un alto funcionario de éste (al estilo de antes de las reformas de la RAE) y el anterior sexenio, claro, mediante un prestanombres. Perdió también la Fonoteca “Silvestre Revueltas” cuyo edificio en ruinas fue restaurado para ese fin en el sexenio del gobernador Sergio Guerrero Mier, y luego habilitado con butacas, piano, y estudio de grabación (ahora embodegado), con apoyo de fondos millonarios del gobierno federal a través de Conaculta. Dicen que hoy es una oficina del actual gobernador, y que tiene varias.   Perdió la Pinacoteca del Estado y el Centro Literario “Olga Arias”, asimismo restaurados con fondos millonarios que aportó Conaculta: el acervo literario y bibliográfico, más las obras de arte que la familia de Olga Arias donara al pueblo de Durango está ahora embodegado, como los muebles antiguos que antes estuvieron en la Ex Hacienda de Ferrería, echándose a perder (Se “Inauguró” una nueva Pinacoteca –con las obras que contenía la original, en el Palacio Gurza, convertido ahora en museo de museitos: “juguetito nuevo, ¿dónde te pondré?”).
Perdió -el estado- los murales del Maestro Francisco Montoya de la Cruz de la Ex Casa del Campesino (ahora cayéndose), restaurados con dinero de Conaculta, del INBA y del Gobierno del Estado, es decir, con los impuestos de TODOS los duranguenses, porque se ubicaron en el Cabildo del Ayuntamiento del Municipio de Durango, que por dedazo resultó el ganón, pero donde están  pueden ser dañados por las multitudes que luego allí llegan a presentar sus demandas y protestas. Perdió el ICED los 2 museos de cine, el temático porque se ampliaron las oficinas de la Dirección de Turismo (y Cinematografía!!!), el segundo, en el nuevo “Centro de ¿Cultura? y Convenciones”,  por olvido burocrático y porque tal vez allí se harán otras oficinas del INAH o del gobernador (las piezas de ambos museos, embodegadas).
Muchas de las pérdidas anteriores iniciaron cuando un ingeniero civil que ahora dirige el desarrollo turístico de la Isla de la Piedra, y que fue director de Transformadora Durango (que ubicó sus oficinas en la Ex Estación del Ferrocarril, misma que Ferrocarriles Nacionales de México iba a destinar para espacio cultura -el Decreto dice espacio público sin fines de lucro-, como ha hecho con las viejas estaciones del país entero) tuvo la “brillante” idea de despojar al ICED del Ex Internado. La megalomanía de algunos gobernantes los llevó a alucinar aquí esta ciudad capital del estado de Durango como un sitio con vocación y atractivo turístico, sin embargo se fueron a invertir a Mazatlán.
Perdió el ICED el primer Museo del Niño, y su correspondiente Teatro, construido con el apoyo de varios millones de pesos del Conaculta (igual que luego el Bebeleche) conseguidos por los entonces directivos de dicho Instituto, y ahora al parecer administrado por la SEED o el DIF, y por un promotor teatral que se apropió en la práctica de dicho teatro.
Al Túnel de Minería se le adosaron en su exterior, a las entradas, carpas de lona con sillas de plástico para que quienes lo visitan esperen mientas entran, pero siempre están vacías, y se ven espantosas, echando a perder el proyecto original con sus cubos de cristal para los elevadores.
Para este gobierno la gran inseguridad que todos padecemos  es inversamente proporcional a la que tiene el gobernador, su familia y sus secretarios y demás funcionarios sordos, mudos, ciegos y poco aptos para los cargos que tienen asignados (en mi negocio el 15 de febrero asaltaron y robaron a la cajera a punta de pistola, en pleno Centro Histórico, y hace unos días a un amigo anticuario –al que hace tiempo le mataron a su primo- le pasó lo mismo en su local, más céntrico aún, etcétera, etcétera.)

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